lunes, 20 de enero de 2014

60 segundos

Hoy no toca hablar de fisioterapia. Hay muchas más cosas. Algunas incluso más importantes.

El otro día acompañé a mi pareja al "tocólogo". Lo de "tocólogo" lo pongo entre comillas, nunca había entendido el porqué de ese nombre... y después de lo del otro día... todavía menos. Voy a ver si soy capaz de explicarme. Imaginad la escena.

Acto 1, escena 1. La puerta se abre, el paciente anterior sale y nos dirigimos con paso seguro dentro de la consulta. Una mano (el resto del cuerpo no colabora con la invitación) hace ademán de que tomemos asiento. La voz que está al otro lado de la mano pregunta "¿has traído los resultados de la última eco?". En ese momento, nuestra voz, que se ha liliputizado, afirma y acerca el sobre a la mano que demanda (siempre la mano, solamente la mano, como si fuese la de la familia Adams).

Escena 2. A partir de ese momento empieza un maravilloso monologo entre la mano izquierda del médico (que sujeta los resultados) y la mano derecha (que los escribe, a letra diminuta, muy pulcra, con pluma, sin hacer manchones, vamos a reconocer las cosas que se hacen bien, no todo va a ser negativo). Enfrente hay una mujer embarazada y su pareja, pero forman parte del decorado, no son importantes. Durante aproximadamente unos tres minutos la única comunicación es entre esas manos, y del doctor consigo mismo, recitando cuales serán los siguientes pasos que nuestra protagonista (pasiva, pero protagonista) tendrá que seguir...¿qué si no hay dos partes no hay comunicación? Sí, lo sé, pero hay gente que lo ha olvidado. ... podría seguir con la escena, pero me cabrea hasta recordarla.

No pido más tiempo en consulta. También yo trabajo en la Sanidad Pública (y estoy orgulloso) y acepto que el tiempo a disposición es el que es. Pero alguien podría explicarle a algunos compañeros sanitarios, quiero pensar que son pocos, que no pasa nada por empezar una consulta hablando con la persona que está delante "Hola X, qué tal estás? ¿cómo va el embarazo?" Ante una pregunta así, la media de tiempo que está el paciente hablando son 60 segundos, sí, 60 (de acuerdo que el estudio es del 84, y es en USA, pero que pueden ser aquí y ahora, 80? 100?)... perfecto, levanta los ojos del papel, mira a la persona que tienes delante, pregúntale, y escucha atentamente durante esos 60 segundos... sin interrumpir, y luego si quieres haz todo lo demás…

 60 segundos... cuesta tan poco... no hace falta gastar en recursos, hace falta emplearlos bien... De tocar, ya ni hablamos... Para la próxima consulta estoy pensando que si mi pareja no puede acudir, igual voy solamente yo, o le mando un whatsapp, así la mano tiene más tiempo para seguir escribiendo y hablando consigo misma...

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